El secreto de toda fuerza reside en saber que...
Debéis sembrar corazones si queréis cosechar ...
Para escribir sólo hay que tener algo que d...
¿Para qué es oro el tiempo más que para verlo...
Estas páginas accesorias con las que suele se...
Pensar en viejo me abruma y, sin embargo, pen...
La muerte llama, uno a uno, a todos los hombr...
La muerte es algo tan tremendamente airado, q...
Si el escritor no se siente capaz de dejarse ...
En ocasiones pienso que el premio de quienes ...
La duda, esa vaga nubecilla que, a veces, hab...
Cuando las deudas no se pagan porque no se pu...
La muerte es dulce; pero su antesala, ...
El toreo es un arte misterioso, mitad vicio y...
A siete años de un suceso, el suceso ya es ...
No es lo mismo estar dormido que estar durmie...
Lo malo de los que se creen en posesión de la...
Los mismos cueros tenemos todos los mortales ...
La muerte es una amarga pirueta de la que no ...
Hay dos clases de hombres: quienes hacen la h...
La filosofía del vagabundo se apoya en la no ...
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